Soy un gran admirador de los efectos visuales clásicos, en especial de la perspectiva forzada.
Para entender de manera sencilla qué es la perspectiva forzada nada como recurrir a la clásica imagen de la persona que parece sostener la Torre de Pisa con las manos. La persona está muy lejos del campanario, pero nos da la impresión de que una actúa sobre la otra.
Por eso llevo, desde que comenzamos a preparar este invento, pensando cómo poder jugar con ese tipo de engaños. Especialmente me divierten cuando los ves en películas de presupuestos holgados como El Señor de los Anillos, que en vez de tirar de digital, probó con los efectos más clásicos.
Por ejemplo, en esta foto podemos apreciar a grandes rasgos cómo se logra engañar al ojo manteniendo unos personajes más cerca de la cámara y otros más lejos. Pero para que el truco sea completo, la comida debe tener una escala un % menor que la que está al fondo, para que todo funcione correctamente.
Mi favorita, no obstante es la escena en la que Frodo y Gandalf comparten carromato. Todo un alarde de buen gusto en los fx clásicos que el propio director tiró a la basura con su segunda trilogía tolkiana donde se volcó directamente en el mundo digital.
Ahora bien, con la boca pequeña reconozco que, como no tenemos tiempo y presupuesto para jugar a hacer maquetas ni juegos similares, la perspectiva la hacemos digitalmente y añadimos modificaciones digitales… sí, hago exactamente lo que digo que no me gusta, pero es que en nuestro caso no ha quedado más narices: somos un corto de nulo presupuesto.
En la imagen de arriba os muestro (pese a que dije que no lo haría) una imagen de la transformación de Lata en el «el enano»… ¿no os resulta asombroso? Pues no os hacéis a la idea de cómo queda cuando eso se mueve y se integra en los escenarios…